Se cuida lo que se quiere y se valora. El prototipo del cuidado es una mamá. El cuidado tiene que ver con la ternura, con la protección (la del otro, no
la mía), la responsabilidad.
Cuidar es ayudar a crecer, por eso cuidar también es acoger, abrigar y alimentar.
Cuando cuido amo.
Cuidar es ayudar a crecer, por eso cuidar también es acoger, abrigar y alimentar.
Cuando cuido amo.
El cuidado está en sintonía con la novedad del Evangelio porque está centrado en el amor, en la búsqueda del bien más que en el rechazo del mal. La vida y el proyecto educativo de Santa Juana también representan un modelo de cuidado. Cuidado de su fe, de su familia, de la mujer en su empeño por su educación. En esta Pascua tomemos su posta y en nuestro
colegio, en todo momento y
conscientemente, cuidemos la vida, toda vida y todas las cosas que aún sin vida
sostienen a la vida, pero no lo hagamos como un soldado defendiendo un
territorio, sino como una mamá cuidando a su hijo, en fin, como Dios PadreMadre
con todas sus creaturas.
Dice el Papa Francisco…
Creo que San Francisco es el ejemplo por excelencia del cuidado de
lo que es débil.... Él manifestó una atención particular hacia la
creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era
amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. Era
un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una
maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y
consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la
preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el
compromiso con la sociedad y la paz interior.
… si nos sentimos
íntimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo. La pobreza y la austeridad de san Francisco no eran un ascetismo meramente exterior, sino algo más radical: una renuncia a convertir la realidad en mero objeto de uso y de dominio. … el ser humano todavía es capaz de intervenir positivamente. Como ha sido creado para amar, en medio de sus límites brotan inevitablemente gestos de generosidad, solidaridad y cuidado. [Carta Laudato si, sobre el cuidado de la casa común, 10, 11 y 58]
Dice el Papa Francisco…
Los ámbitos educativos son diversos: la escuela, la familia, los
medios de comunicación, la catequesis, etc. Una buena educación
escolar en la temprana edad coloca semillas que pueden producir
efectos a lo largo de toda una vida. Pero quiero destacar la
importancia central de la familia, porque «es el ámbito donde la
vida, don de Dios, puede ser acogida y protegida de manera
adecuada contra los múltiples ataques a que está expuesta, y
puede desarrollarse según las exigencias de un auténtico
crecimiento humano. Contra la llamada cultura de la muerte, la
familia constituye la sede de la cultura de la vida. En la familia se
cultivan los
primeros hábitos de amor y cuidado de la vida... La
familia es el lugar de la formación integral, donde se desenvuelven
los distintos aspectos, íntimamente relacionados entre sí, de la
maduración personal. En la familia se aprende a pedir permiso sin
avasallar, a decir «gracias» como expresión de una sentida
valoración de las cosas que recibimos, a dominar la agresividad o
la voracidad, y a pedir perdón cuando hacemos algún daño. Estos
pequeños gestos de sincera cortesía ayudan a construir una
cultura de la vida compartida y del respeto a lo que nos rodea.
[Carta Laudato si, sobre el cuidado de la casa común, 213]
En las huellas de Santa Juana…
“Frente a esta crisis de sentido y solidaridad que sufren tantos hermanos
nuestros, nuestra vida tiene que proclamar una Buena Nueva de Salvación”. (XI
C.G. 1979, pág. 24)